NUESTRO EQUIPO

Daniel Martínez

Psicólogo General Sanitario y Terapeuta

Soy Daniel Martínez Hernández-Sonseca.

Soy psicólogo general sanitario colegiado (M-25762), licenciado por la Universidad Autónoma de Madrid y con posgrado en psicología clínica en la Universidad Complutense.

Formado en adicciones con los mejores profesionales de Madrid y Londres, cuento ya con una amplia experiencia, ejerciendo y trabajando en el campo de las adicciones durante 15 años, realizando, coordinando y facilitando tratamientos para aquellas personas, y sus familias, que quieren dejar de sufrir por la adicción y quieren optar por una vida más plena, balanceada y con una relación sana con su entorno.

Mi estilo terapéutico es tratar de establecer un vínculo empático con el paciente, un clima seguro y libre de juicio, donde la apuesta sobre la honestidad, absoluto motor del cambio, es fundamental.

Luis Miguel Esparza

Terapeuta y Coach

Mi nombre es Luis Miguel Esparza y soy adicto en recuperación. Llevo tres años y medio limpio y, a día de hoy, me dedico a ayudar a personas como yo a superar la adicción y aprender a vivir sin drogas ni consumir.

Desde niño ya sabía que algo raro me pasaba, ya que nada me saciaba, nada me gustaba, nada me hacía feliz… hasta que encontré una vía de escape que casi me cuesta la vida en dos ocasiones.

Mi trayectoria consumiendo drogas no ha sido para nada placentera, ya que desde bien pequeñito, cuando empecé a consumir, a mí no me podía faltar sustancia, y a los demás sí. Los dos primeros años fueron de consumo para explorar, ya que la droga y yo, al principio, nos llevábamos bien, pero eso iba a cambiar muy rápido…

Los consumos eran devastadores y el sufrimiento de no poder parar, día tras día, se hacía eterno. Pasaban los días, las noches… hasta caer inconsciente.

La cosa no empezó cuando fui joven; yo robaba, atracaba, traficaba, hacía lo que hiciera falta para que en mi bolsillo nunca me faltara sustancia. Intercambiaba sustancias a menudo, pensando que controlaría el consumo, pero nunca mejoraba, siempre iba a peor.

Tanto fue así que, unos cuantos años después de seguir sufriendo constantemente, tropecé tan fuerte que casi muero… dos veces. Fue en la segunda cuando, por fin, entendí que debía cambiar mi vida, porque si no, no iba a volver a abrir los ojos. Se me encendió una luz en la cabeza que me decía: “Se acabó, Luismi. Ya has sufrido suficiente… tú y tu familia”. Ahora había que hacer absolutamente todo lo que me dijeran, porque lo que yo consideraba que estaba bien hecho no había hecho más que traerme problemas, conflictos… En definitiva, no sabía ni quién era en verdad.

Gracias a mi familia ingresé en un centro de desintoxicación. Fue allí donde me salvaron la vida y conseguí entender, por fin, qué era lo que me estaba ocurriendo y por qué. Acepté y dejé de luchar ante la posibilidad de un consumo controlado, ya que padecía una enfermedad progresiva, crónica y mortal. Ese iba a ser mi final: cárceles, hospitales o la muerte.

Con la ayuda de mi familia, de Dios, de mí mismo y de mis ganas, conseguí alejarme de la calle, de las drogas, de los malos hábitos y de las malas compañías. Logré, por fin, encontrar mi propósito de vida, que es ayudar a todos los que padecen la enfermedad de la adicción.

No hubiera sido posible sin la ayuda psicológica y terapéutica de dos personas muy importantes para mí. Hoy en día, una de ellas es mi socio y compañero de trabajo, Daniel Martínez Hernández-Sonseca, quien me ayudó, sobre todo, a entenderme y amarme como soy. Me enseñó que todo es posible, que lo único que tenía que hacer era no consumir, pese a cualquier adversidad. Todo pasa. Gracias a sus conocimientos, consejos, trabajo personal e implicación, conseguí salir adelante.

La otra persona es un monitor del centro donde estuve ingresado, con quien mantengo a día de hoy una relación de plena amistad. Le agradezco la paciencia, la empatía y el saber estar que tuvo conmigo en los momentos más difíciles durante el ingreso.

Y, sobre todo, muchas gracias a mi padre y a mi madre, que no tiraron la toalla cuando les pedí ayuda. Ellos sufrieron conmigo las terribles desgracias del consumo, de las drogas y del infierno del síndrome de abstinencia. Hoy en día solo puedo estar agradecido, porque gracias a ellos, a día de hoy, soy quien soy.

Sandra Ortiz

Psicóloga General Sanitaria

Mi nombre es Sandra, y soy una apasionada de la psicología.
Me licencié en la Universidad Autónoma de Madrid y comencé mi andadura.

A lo largo del camino he ido aprendiendo a la vez que iba trabajando terapéuticamente en mi propia historia, lo que me ha permitido ir mejorando el modo en cómo acompaño a las personas que vienen a mi consulta, siendo respetuosa con su historia y entendiendo que cada individuo es único y diferente.

Me formé en Psicologia Perinatal por el Instituto Europeo de Salud Mental perinatal, lo cual, sin duda, ha aportado mucha riqueza a mi enfoque terapéutico, ya que considero la visión sistémica como una pieza clave para poder comprender al individuo dentro de su propio sistema y sus circunstancias.

Desde hace mucho tiempo facilito grupos de mujeres, construyendo un espacio seguro para sanar y poder seguir creciendo en comunidad.

Adriana Montecinos

Psicóloga General Sanitaria

Soy Adriana Montecinos, licenciada en psicología por la Universidad Complutense de Madrid. Realice el máster de psicología general sanitaria en la Universidad Alfonso X El Sabio y el máster de psicofarmacología y drogas de abuso en la Universidad Complutense de Madrid.

También he tenido la gran oportunidad de trabajar en el hospital 12 de Octubre, en Proyecto Hombre y en las mejores clínicas de adicciones de Madrid, lo que me ha aportado una gran experiencia y una visión integral que he podido plasmar en mis terapias.

Abogo por un enfoque basado en el vínculo construido desde la comprensión, empatía y confianza, siendo esto fundamental para poder iniciar el cambio hacia una nueva vida.

Jonathan Martínez

Adicto en recuperación, terapeuta Gestalt y técnico en adicciones

Hace 9 años que inicié mi proceso de recuperación y desde hace 5 acompaño a otras personas en su propio camino hacia una vida plena, libre y consciente. Durante 30 años viví en el infierno de la adicción, y gracias a Dios y al trabajo personal, hoy puedo decir que salí de allí.

Sé lo que es tocar fondo, perder la esperanza y no ver salida. Pero también sé que es posible reconstruirse, paso a paso, con apoyo, honestidad y entrega. Hoy dedico mi vida a ayudar a quienes desean salir del agujero en el que se sienten atrapados. Conozco el camino porque lo he recorrido. Si tú también quieres salir, aquí estoy para acompañarte.